Aunque la Iglesia Católica no está de acuerdo con la manera como muchas personas prometen ‘mandas’ para flagelarse o recorrer casi tres kilómetros cargando una pesada cruz o pegarse en la espalda con un látigo al que se le unen siete bolas de cera, cada año crece más el fervor por esta práctica en Santo Tomás (Atlántico).
En este municipio, este viernes Santo, más de treinta estuvieron en penitencia pagando al Nazareno los favores recibidos. Muchos de los que se flagelaron llevan hasta 19 años haciéndolo.
César Muriel es uno de ellos. Ha estado pagando ‘mandas’ tras ‘mandas’ y dice que seguirá en esto hasta cuando sus fuerzas se lo permitan.
“Yo lo haré por el resto de mi vida, porque con esto estoy ayudando a mi familia. Una vez lo hice por mi madre, otra vez lo hizo por un hermano, y ahora lo hago por mi hijo. Le pedí al Señor y me los sanó, y esa es una razón fundamental para hacer lo que vengo haciendo desde 19 años”, dice después de terminar el recorrido.
Pero en los Muriel, que son familiares del futbolista Luis Muriel, no solamente está César. También se flagela Julio, que lleva once años haciendo está práctica.
Celia Fontalvo terminó el año pasado de pagar una 'manda' llevando la Copa del Calvario, pero este año empezó otra flagelándose. “Por un favor que pedí para mi hijo, y serán dos años más los que lo haré”, asegura.
Otra es Ruby Ester Roa, que hace menos de un mes sufrió un accidente de tránsito en el que se le partió el brazo derecho. Pero ella, así, con con cinco clavos metálicos en su extremidad, fue a cumplir con la promesa y se flageló durante los casi tres kilómetros, y todo porque recibió un ‘milagro’.
“Llevo cuatro años haciendo esto y lo haré durante tres más. Son siete los años que prometí flagelarme”, dice después del agotador esfuerzo.
Pero aunque la Iglesia Católica no está de acuerdo con estas prácticas, este viernes Santo la joven Ezilda Muriel, de 25 años de edad, empezó a pagar una 'manda' porque, según ella, recibió un milagro del Señor que le permitió el habla a su pequeño hijo.
“Él tenía 18 meses de nacido y no pronunciaba palabras, pero yo le pedí al Nazareno y en poco tiempo habló. Por eso, durante tres años, voy pagarle la 'manda'”, dice la joven que tuvo que demostrar su edad porque la Policía que controla que los menores no hagan penitencias, le vio cara de niña.
Así como Ezilda Muriel, otras personas más iniciaron la paga de sus ‘mandas’ este año, por lo que es muy difícil que esta práctica se pueda erradicar de un día para otro.
La razón es que, por encima de lo que algunas confesiones religiosas y las autoridades piensen, la fe de las personas supera todo eso y en cuestión de fe no hay nada que valga.
laopinion.com.co
Aunque la Iglesia Católica no está de acuerdo con la manera como muchas personas prometen ‘mandas’ para flagelarse o recorrer casi tres kilómetros cargando una pesada cruz o pegarse en la espalda con un látigo al que se le unen siete bolas de cera, cada año crece más el fervor por esta práctica en Santo Tomás (Atlántico).
En este municipio, este viernes Santo, más de treinta estuvieron en penitencia pagando al Nazareno los favores recibidos. Muchos de los que se flagelaron llevan hasta 19 años haciéndolo.
César Muriel es uno de ellos. Ha estado pagando ‘mandas’ tras ‘mandas’ y dice que seguirá en esto hasta cuando sus fuerzas se lo permitan.
“Yo lo haré por el resto de mi vida, porque con esto estoy ayudando a mi familia. Una vez lo hice por mi madre, otra vez lo hizo por un hermano, y ahora lo hago por mi hijo. Le pedí al Señor y me los sanó, y esa es una razón fundamental para hacer lo que vengo haciendo desde 19 años”, dice después de terminar el recorrido.
Pero en los Muriel, que son familiares del futbolista Luis Muriel, no solamente está César. También se flagela Julio, que lleva once años haciendo está práctica.
Celia Fontalvo terminó el año pasado de pagar una 'manda' llevando la Copa del Calvario, pero este año empezó otra flagelándose. “Por un favor que pedí para mi hijo, y serán dos años más los que lo haré”, asegura.
Otra es Ruby Ester Roa, que hace menos de un mes sufrió un accidente de tránsito en el que se le partió el brazo derecho. Pero ella, así, con con cinco clavos metálicos en su extremidad, fue a cumplir con la promesa y se flageló durante los casi tres kilómetros, y todo porque recibió un ‘milagro’.
“Llevo cuatro años haciendo esto y lo haré durante tres más. Son siete los años que prometí flagelarme”, dice después del agotador esfuerzo.
Pero aunque la Iglesia Católica no está de acuerdo con estas prácticas, este viernes Santo la joven Ezilda Muriel, de 25 años de edad, empezó a pagar una 'manda' porque, según ella, recibió un milagro del Señor que le permitió el habla a su pequeño hijo.
“Él tenía 18 meses de nacido y no pronunciaba palabras, pero yo le pedí al Nazareno y en poco tiempo habló. Por eso, durante tres años, voy pagarle la 'manda'”, dice la joven que tuvo que demostrar su edad porque la Policía que controla que los menores no hagan penitencias, le vio cara de niña.
Así como Ezilda Muriel, otras personas más iniciaron la paga de sus ‘mandas’ este año, por lo que es muy difícil que esta práctica se pueda erradicar de un día para otro.
La razón es que, por encima de lo que algunas confesiones religiosas y las autoridades piensen, la fe de las personas supera todo eso y en cuestión de fe no hay nada que valga.
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Ahora que veo la publicación de José Lopez, tomada de la opinión, me estoy acordando, de José Alfredo Fruto Muriel,un tomasino radicado en Bogotá, quién ha expresado su voluntad de lanzarse a la Alcaldía de su municipio, Santo Tomas. Estoy de acuerdo que lo haga.
ResponderEliminarVeo que sus familiares son creyentes y han recibido milagros. qué tal, que José Alfredo, prometa una manda?, se flagelara ahora, o después que diosito lindo, le haga el milagro. Creo sería el primer alcalde flagelante que tendría Santo Tomas, bueno salvo mejor opinión, porque de momento no tengo noticias, que alcalde alguno de ese pueblo se halla flagelado para esta época de la Semana Mayor. Hay Más.-
ok, listo.-
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