En misiva enviada al Rector de
la Universidad del Atlántico, sin especificar su nombre, doctor Rafael Castillo
Pacheco, autoridades nacionales, asociaciones por los derechos humanos, al
señor presidente Santos, y demás organizaciones involucradas en el proceso de
paz, el politólogo Jorge Freytter Franco, hijo del asesinado, profesor de la Antiatlántico,
Jorge Adolfo Freytter Romero, en donde reclama a estas personalidades hacer un
reconocimiento, reparación y garantía de no repetición. En siete (7) puntos,
sugiere ese modelo de reparación: El texto es el siguiente: Ver en:
Distinguido
Rector y comunidad universitaria,
Me
dirijo a ustedes muy respetuosamente y en calidad de doble victima de los
hechos acaecidos en la Universidad del Atlántico. Como uno de esos nefastos
hechos en el 2001, mi padre Jorge Adolfo Freytter Romero, sindicalista,
profesor y abogado fue secuestrado, torturado, asesinado y posteriormente su
cuerpo fue abandonado en un paraje en la carretera que de Barranquilla conduce
a Ciénaga en el Departamento del Magdalena, su asesinato continua en la
impunidad.
Ante
eso, quiero recordar que el 30 de Diciembre de 1998 con el asesinato del
profesor Raúl Peña estallo una seguidilla de asesinatos y pánico en la
Universidad del Atlántico, la cual se agudizaría en los años siguientes hasta
poco mas de 2004 hasta convertirse en prácticamente un genocidio, porque los
asesinatos fueron preparados en medio de una polarización política al interior
de la Universidad, concertados, conspirativos, selectivos, constantes y
organizados.
Profesores,
estudiantes y trabajadores fueron victimas de la corrupción administrativa al
interior del claustro universitario ligada a una complicidad asesina, la cual
permitió la arremetida paramilitar del Bloque Norte de las AUC, con el
beneplácito de los agentes del Departamento de Policía del Atlántico, el GAULA,
la SIJIN, el Ejercito y miembros del Departamento Administrativo de Seguridad –
D.A.S. -.
Es
preciso resaltar que gracias a la corrupción, las malas administraciones y el
clientelismo, hoy posicionan a la Universidad del Atlántico en el puesto 34 a
nivel nacional muy por debajo de la mayoría de instituciones públicas del país,
debido a su pobreza académica y pobre calidad y pertinencia en publicaciones e
investigaciones.
http://static.iris.net.co/dinero/upload/documents/Documento_206753_20150312.pdf
(consultada el 12 de marzo de 2015)
Si
bien es cierto la Universidad del Atlántico es una víctima de esos nefastos
hechos, cabe considerar que una tal mención no puede ser efectiva hasta tanto
las directivas de la Universidad y del gobierno nacional no realicen actos de
reparación y garantías de no repetición para con las victimas directas que sean
reales, concretas, efectivas y libres de clientelismo y retórica como hasta
ahora ha sucedido.
La
unidad de Víctimas, la Universidad del Atlántico y en general el gobierno
departamental y nacional, deberían realizar hechos concretos que permitan
vislumbrar los autores intelectuales, materiales y aquellos que por acción u
omisión permitieron que la incursión paramilitar con participación de miembros
de la fuerza publica se diera en la Universidad del Atlántico. Estoy
completamente seguro de que estas acciones no fueron producto del azar y
tampoco el fruto de una iluminación providencial de los jefes paramilitares del
Bloque norte de las AUC y de la Policía colombiana, esto ocurrió precisamente
porque la corrupción al interior de la administración universitaria así lo
permitió, facilito y probablemente financió.
Es
preciso entonces indicar que la Universidad del Atlántico y sus
administraciones no solo son víctimas de esta arremetida mortal porque hoy muy
probablemente la calidad académica, investigativa y participativa fuera
distinta sin estos hechos, pero puedo acertar en el hecho de señalarlos como
victimarios por omisión y probablemente por acción.
Si bien es cierto la Universidad del Atlántico es
una víctima de esos nefastos hechos, cabe considerar que una tal
mención no puede ser efectiva hasta tanto las directivas de la Universidad y
del gobierno nacional no realicen actos de reparación y garantías de no
repetición para con las víctimas directas que sean reales, concretas, efectivas
y libres de clientelismo y retórica como hasta ahora ha sucedido.
La
unidad de Víctimas, la Universidad del Atlántico y en general el gobierno
departamental y nacional, deberían realizar hechos concretos que permitan
vislumbrar los autores intelectuales, materiales y aquellos que por acción u
omisión permitieron que la incursión paramilitar con participación de miembros
de la fuerza pública se diera en la Universidad del Atlántico. Estoy
completamente seguro de que estas acciones no fueron producto del azar y
tampoco el fruto de una iluminación providencial de los jefes paramilitares del
Bloque norte de las AUC y de la Policía colombiana, esto ocurrió precisamente
porque la corrupción al interior de la administración universitaria así lo
permitió, facilito y probablemente financió.
Es
preciso entonces indicar que la Universidad del Atlántico y sus
administraciones no solo son víctimas de esta arremetida mortal porque hoy muy
probablemente la calidad académica, investigativa y participativa fuera
distinta sin estos hechos, pero puedo acertar en el hecho de señalarlos como
victimarios por omisión y probablemente por acción.
Como
medida de efectividad de la justicia, la verdad, la reparación y la garantía de
no repetición, propongo que los actos deben pasar por los siguientes puntos:
1- Organización de una Comisión o
de un Tribunal de la Verdad, público y participativo.
2- La Organización, presencia y
favorecer el desarrollo de una comisión de verificación internacional de los
Derechos Humanos y del estado de los más de dos decenas de casos de asesinatos
y violación a los Derechos Humanos en el claustro universitario, muchos de los
cuales no se han logrado esclarecer.
3- Favorecer el desarrollo de una
cátedra académica o incluso el desarrollo de asignaturas obligatorias, donde
los estudiantes puedan informarse ,de los asesinatos ocurridos o de los nombres
de las víctimas, historias de vida y trabajo social, político o estudiantil, lo
cual muchos y muchas desconocen en la actualidad.
4- El desarrollo de verdaderos
actos públicos de homenajes a los líderes asesinados. Porque si se realizan
actos, investigaciones, reconocimientos y menciones particulares, puntuales y
con dudoso manto de favoritismo político o en respuesta a presiones al interior
de la Universidad, no estaremos trabajando por la memoria y por la no
repetición de estos hechos, por el contrario estarán alimentando la impunidad.
5- Homenajear a los principales
líderes nombrando cada bloque del Alma Mater de la Universidad del Atlántico
con los nombres de los profesores asesinados, como parte de la reparación y el
reconocimiento real a estas personas a su trabajo y lucha por la educación pública.
6- La creación y promoción de ¨ El
Salón de la Memoria ¨ autónoma y libre del clientelismo, y las inclinaciones
políticas, religiosas, sexuales o étnicas. Organizada, creada y auspiciada al
interior mismo de la Alma Mater ubicada en la vía a Puerto Colombia.
7- La creación de cupos
obligatorios y directos para los hijos y nietos de los profesores y
trabajadores asesinados, como parte de la reparación y de la garantía de no
repetición de estos hechos.
Profesor: Jorge Freytter Franco -
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